jueves, 23 de agosto de 2012

Cuba: hablemos en serio, alguna vez...

Sr. Director:

Don Leonardo Irarrázaval B. en su Comentario Internacional *, entrega una visión del proceso social, educacional, político y económico de Cuba en verdad incomprensible: por una parte señala que la educación es pública, gratuita y cubre todo el país, que no existe cesantía, que su sistema de salud es uno de los mejores de América Latina… y le faltó señalar  que la delincuencia no es un problema social, que no existe mendicidad, ni niños aspirando neopreno, ni ancianos olvidados y abusados en las casas de reposo   y que, a pesar de todo, los cubanos son alegres como pocos ciudadanos del mundo, con una simpatía que va más allá de sus privaciones.

Sabemos que la salud, de acuerdo con los criterios de la OMS, depende más de las condiciones socioeconómicas  que de los sistemas de atención de salud. Estas solas consideraciones bastan para colegir que en Cuba no hay desnutrición, es decir, que están cubiertas las necesidades básicas de toda la población, lo que faltan son artículos suntuarios para sectores privilegiados, por la sencilla razón de que tales grupos no existen.

El modelo educativo cubano no es marxista, porque el marxismo nunca ha elaborado una pedagogía propia. El modelo educativo cubano es martiano, fue José Martí el creador de la pedagogía de estudio/trabajo, que ha permitido a los estudiantes cubanos un desarrollo integral, alejado de las drogas, del alcohol, amantes del deporte, porque su trabajo no es de explotación, sino formativo en la colaboración. Las Escuelas de Iniciación Deportiva, (EIDE) Musical, (EIM) Militar (Camilo Cienfuegos) y de preparación a los estudios superiores (Carlos Marx) son ejemplos a imitar  y no a descalificar  gratuitamente. Vemos los resultados  y no nos preguntamos cómo se han logrado: el entrenador de Tomás González es un cubano.

Después de la histórica polémica que mantuviera Martí  con Andrés Bello, quien propugnaba y logró consolidar en Chile un modelo de formación escolástica, despegado de la realidad, con “la letra entrando con sangre”, que en estos días demuestra finalmente sus resultados, con modelos educativos dispersos, mercantilistas, discriminadores y eternizadores de la desigualdad social, que nace de la educación segmentada según la capacidad económica familiar, es bueno tener una mirada en perspectiva, para no denostar una educación diferente, supuestamente marxista, con  una connotación peyorativa sin asidero real.

Aun aceptando la presunción de una pedagogía marxista, tal parece que esta metodología es capaz, también, de formar médicos, enfermeras, arquitectos, ingenieros de todo tipo, escritores, poetas, educadores que, según los indicadores de la Organización Mundial de la Salud, de la Unicef, de Naciones Unidas y de otros organismos internacionales que no pueden ser acusados de marxistas, logran indicadores de excelencia en sus respectivas disciplinas.  ¿Quien de nosotros no sabe, de fuente directa, de la enorme cantidad de médicos cubanos  que se desempeña en Chile en los puestos de trabajo que los médicos chilenos no quieren ocupar?

Marx fue un filósofo, sociólogo, economista e historiador, en suma un humanista de altísimo  nivel que fue capaz, en 1848, en el Manifiesto Comunista, de describir  con una precisión absoluta el proceso de globalización en el que estamos sumidos en la actualidad. Su enorme obra intelectual  es reconocida en el mundo académico de las ciencias sociales, que puede distinguir  con facilidad su aporte teórico,  de los vaivenes  de la política contingente. Así lo aprendí en la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Acusarlo políticamente sería equivalente a acusar a Nietzsche o a Kelsen del Holocausto judío, porque hablaron de razas puras o de la amoralidad de la ley.

El pensamiento marxista usa la dialéctica idealista de Hegel, no teme reconocer  la excelencia  del contrario, pero pone la mirada en la realidad y no en el mundo de las ideas y solamente por ello hablamos de materialismo dialéctico. Es por eso que se dice que Marx puso de cabeza a Hegel. Poner el intelecto en función de los problemas sociales: reconocer la existencia de clases discriminadas, desmontar los mecanismos que causan la desigualdad, mostrar los caminos para que la humanidad llegue a ser realmente humanidad, no admite críticas de ninguna especie. Es la teoría que  Cuba ha aplicado, y los resultados concretos  están a la vista, lo demás son interpretaciones, prejuicios, presunciones o discriminaciones arbitrarias que habría que probar.

Hay que pensar que la población de  Cuba es similar a la nuestra, y  es impensable que  los problemas de país puedan solucionarse con barquitos de ayuda, porque el desarrollo no está en los  bienes de consumo  sino en la educación, la cultura, el desarrollo científico, la industria, el compromiso social, el respeto y el cuidado del desvalido,  que no se transporta, porque nace, crece y se desarrolla en el terruño, como lo ha hecho Cuba.

La filosofía nuestra de la limosna, de las teletones, de los coaniquenes, de las rifas de beneficencia,  es expresión neta de la incapacidad del Estado para resolver problemas acuciantes que son de su responsabilidad, y no sirve para la exportación, menos a Cuba, donde si hay algo que se ha mantenido incólume, ha sido el orgullo por la cubanía, única explicación de su resistencia a pesar de bloqueos, descalificaciones y menosprecios que, algún día, tendrán que cesar.

No tengo por qué dudar de la buena fe de Don Leonidas, y se agradece su objetividad  con los datos objetivos, pero hay que reconocer que de Cuba se sabe muy poco, y mi intención no es otra que la de dar a conocer lo que aprendí  a querer, en once años vividos en esa isla maravillosa.





* Embarques de esperanza. Revista TODOPIRQUE. Año XVI. Ed. 182, Agosto 2012, p 28

miércoles, 22 de agosto de 2012

Breve historia del Plan AUGE

La memoria es frágil, más aun cuando no hemos sido informados, o peor aún, cuando hemos sido engañados por la desinformación.

Para entender con claridad la situación actual de los problemas de la salud en Chile se hace necesario revisar algunos conceptos generales y el desarrollo histórico-lógico que ha tenido el sistema de financiamiento del sector desde 1952 a la fecha.
   
El financiamiento del sector salud  constituye un caso excepcional  en América Latina, puesto que la creación en 1952 del Servicio Nacional de Salud, permitió fusionar dos sistemas básicos de financiamiento : el aporte estatal ( de los Hospitales ) con el Seguro Social (para la atención ambulatoria y la medicina preventiva ).

Es decir, por una parte se utilizaron los impuestos y por la otra la cotización de los beneficiarios. El SNS así formado permitió dar atención de salud a más del 70% de la población, haciendo desaparecer la inequidad , propia de los sistemas de seguro, entre afiliados y no afiliados.
   
En 1979, al fusionarse el SERMENA y el SNS para formar el SISTEMA NACIONAL DE SERVICIOS  DE SALUD,  aumenta el aporte por cotizaciones a un 7% de los sueldos y disminuye  el aporte estatal.

Simultáneamente, al crearse en la misma fecha el sistema ISAPRE, se produce un segundo efecto negativo, puesto que el  descreme  de las cotizaciones mayores, que pasó al sector privado, tendió a desfinanciar al sector público. Este efecto se ve agravado por los subsidios cruzados desde lo público a lo privado ( 2% impositivo, licencias maternales, alimentación complementaria, plan de vacunación y programas de salud pública ).
El 2% impositivo tiene por sí mismo, un tercer efecto negativo  al estimular la migración de trabajadores de ingresos intermedios del sector público al sector ISAPRE, (o segundo descreme ).
   
    El sistema ISAPRE genera, además,  la obligación de cotizar en una empresa privada, que no existe  en ninguna otra parte del mundo, en que los seguros  se contratan libremente entre los interesados.
   
    Vemos así, con claridad, cómo el financiamiento ha ido derivando desde aportes estatales sustanciales hacia formas basadas cada vez más en la cotización de los trabajadores.

     Se recorre así el camino degradante desde el concepto humanista de “ la Salud como un derecho de las personas y una obligación del estado “,  hasta la expresión del Sr. Musgrove, ejecutivo del Banco Mundial : “ No hay almuerzo gratis “, y otras similares , expresiones que el Dr. Daricarrere, destacado defensor del nivel primario de atención no ha dudado en calificar, no sólo de crueles, sino de obscenas.

En la misma línea  de pensamiento, el Dr. Maurice King ( BM ) ha sostenido “ que la única manera, la más caritativa, para resolver el problema demográfico de Oriente, es suspender de inmediato todos los programas de salud primaria y particularmente, no atacar la deshidratación por diarrea en los bebés, sino dejarlos que se mueran “. Citando nuevamente al Profesor Daricarrere. “ los fundamentos de esta recomendación tienen rasgos patológicos y un contenido antihumano aterrador “.
                                                                                                             
    La intervención del Banco Mundial en la solución del problema de la salud de los países pobres, a la que asistimos en la actualidad,  se constituye así en la rúbrica final de este proceso de pérdida de la responsabilidad estatal y de incremento de la responsabilidad individual de cada uno de los interesados en el tema de la salud pública.

    Los efectos centrales de estas políticas son graves : se pierde la equidad y la solidaridad entre los usuarios y se establece una relación directa entre el monto de las cotizaciones y el costo de los beneficios. En palabras simples, cada persona deberá proveer los fondos para su atención  de salud y esta atención será proporcional a los aportes  individuales.
   
    No otra cosa es el Plan Garantizado Básico de Salud (PGBS),  una  canasta básica de prestaciones, que el Ministerio define derechamente como un bien privado, y por lo tanto intransferible. Esta canasta básica incluye un número determinado de determinadas acciones de salud y por lo tanto establece limitantes tanto de orden cuantitativo ( número de atenciones ) como de orden cualitativo (complejidad de las prestaciones )

El Plan de Salud Pública, (PSP), definido como un bien público, orientado a la promoción y prevención es tan mínimo que solo ocupa  12 líneas  en el estudio técnico de la Universidad de Chile, en  tanto el PGBS  utiliza 23 páginas en el mismo estudio.

    Esta canasta básica tiene su origen en El  Paquete Clínico Esencial, ( Informe Anual 1993 del Banco Mundial ),   la receta que ha entregado el Banco Mundial para resolver los problemas de salud de los pobres: medicina cara para los ricos y medicina  barata para los pobres,

     Veamos qué dice el Banco Mundial al respecto:

1.- El paquete clínico esencial incluye el tratamiento de infecciones leves así como      consejo  y alivio del dolor.
2.- Los Hospitales deben manejar  algo  de  la  emergencia,  la mayoría   de   las fracturas      y las apendicectomías y no deben proveer los insumos para servicios no considerados en      el paquete.
3.- Deben excluirse del paquete procedimientos de alto costo como  la  cirugía cardíaca, el  cáncer, el  SIDA, y el tratamiento de la  prematuridad, los que deben ser   cubiertos con     seguros privados.
4.-El  Banco  Mundial   advierte  que   concentrar  los  recursos  públicos  hacia los pobres
 tiene desventajas porque  puede reducir el apoyo político de los sectores de ingresos     medios  y  altos.

    Han sido el Ministro Massad y el Sr. Cristián Baeza, ambos  Economistas del Banco Mundial, quienes trajeron estas directivas  para conformar la Reforma de la Salud en Chile, que no tiene otra finalidad que la de frenar la espiral de costos que sufre la medicina a nivel mundial, pero a costa de los pobres.

Dr. Hernán Eusebio Lechuga Farías.
Master en Salud Pública. OMS